La tarjeta más exclusiva del mundo para los caprichos más exclusivos del mundo: así es la American Express Centurion.
Reino Unido, 1999. American Express lanza una tarjeta exclusiva para la élite de los ricos británicos. Una tarjeta de titanio en negro, algo más pesada que la clásica de plástico pero que sirve para conceder deseos materiales. Abre puertas y cierra tiendas para comprar de forma privada. No tiene limite de gastos ni fronteras. Es el Sancta Sanctorum de los medios de pago que, además, te permite entrar en un club tan selecto en su admisión como reducido en sus listas. Poco más de 400 personas la tienen en España.
Es exclusiva porque la Amex Centurion no la puede tener cualquiera. Sobre el papel, tiene los mismos requisitos que una tarjeta de crédito común: tener un balance positivo en nuestra cuenta con ingresos recurrentes y constantes y pagar su cuota anual y los intereses derivados de su uso.
¿La diferencia? Para la Centurion hay que pagar una cuota de 2500 euros al año y... tener un gasto mínimo de un cuarto de millón de euros (solo en American Express) junto con una trayectoria crediticia impecable y un historial sin tachones. Cada año, uno tras otro. Y otros 500 euros por cada persona autorizada a usar la tarjeta. Además, aunque se cumplan los requisitos solo se puede acceder si otro miembro de este exclusivo club te invita a entrar. Aquí la comisión de riesgo de crédito que evalúa tu perfil se hace en lo más alto de organigrama de AMEX, es personal.
A cambio de todo esto recibimos la tarjeta más exclusiva de la tierra, por encima incluso, de cara a la cultura popular, de la JP Morgan Palladium (sí, la está fabricada en plata y paladio). La AmexC, o la BlackVIP AMEX, llega en un exclusivo kit de bienvenida fabricado en cuero, una carta personal del presidente de Amex y un tarjetero que guarda la Centurion, la llave del cielo financiero en la tierra. El kit de bienvenida, como es lógico, depende del país.
sibaritissimo
Dos asistentes, las 24 horas, para viajes y caprichos en cualquier parte del mundo
Y no solo es la tranquilidad que te da una tarjeta sin límite: cada miembro de este exclusivo club dispone, vía telefónica y de forma personalizada, de un asistente personal para todo lo relacionado con el lifestyle (un pilar fundamental dentro de la élite de la tarjeta) que ayuda y recomienda en todo lo relacionado con restaurantes, gastronomía, compras, estilo personal... y otro exclusivo para gestionar viajes, billetes de avión y todo capricho relacionado con los viajes. 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año.
Porque antes de que te conceden una tarjeta hay un entrevista personal para conocer los gusto personales de cada miembro del club y que antes de levantar el teléfono sepan sus asistentes qué necesitan en cada momento. Tomar una copa de champagne a las 5 de la mañana sobrevolando New York en helicóptero, entradas VIP a la final del Superbowl 10 minutos antes o entrar en el backstage del desfile de Victoria's Secret cuya entrada VIP se dispara hasta los 25.000 euros. Seguro medico con los mejores profesionales en cualquier parte del mundo.
Cerrar la Boutique Colette en París o el Cartier de la calle Serrano para compra sin molestias, un Safari en Sudáfrica a bordo de un 4X4 y terminar el día durmiendo en un yate en las aguas de Madagascar o sobrevolar el pacífico en un Airbus solo para nosotros y nuestros los perros. Jugar al golf con Tiger Woods en campos en los que el césped del green se corta con tijera, a mano, cada día. El límite, en este caso, solo lo pone la imaginación, al menos con la AMEX Centauro.
