¿Te imaginas tener una videoconsola, la más potente del mercado, sin siquiera poseerla o tenerla al lado de tu televisor, que directamente la tengas integrada en tu pantalla y olvidarte por completo de comprar cada dos o tres años una actualización de tu videoconsola? Estoy obsesionado con ello. Los videojuegos evolucionan prácticamente más rápido que los procesadores gráficos, y cada año siempre hay un juego que usa toda la potencia de la última gráfica de NVIDIA o de AMD, provocando que entre ambas marcas exista una rivalidad por ver quien...