A veces, una película española da la campanada en la taquilla de nuestro país. Pero hay unas campanadas más sorprendentes que otras, como la de Un monstruo viene a verme, dirigida por Juan Antonio Bayona y estrenada en octubre de 2016, que superó en número de espectadores y, por tanto, en recaudación a colosos como Rogue One, de Gareth Edwards, Animales fantásticos y dónde encontrarlos, de David Yates, o Buscando a Dory, de Andrew Stanton, convirtiéndose así en la más vista del año para gozo de sus cinco productoras internacionales. Pero si no formas parte de los cuatro millones y medio de personas que acudieron a las salas de cine a verla en España, ahora tienes la oportunidad de hacerlo en Movistar Estrenos, de Movistar+ a partir del día 26 de mayo.
A la escritora Siobhán Dowd se le ocurrió la historia al afrontar el cáncer de mama que acabó con su vida, y Patrick Ness escribió la novela
Durante el tiempo en el que la escritora angloirlandesa Siobhán Dowd, activista en favor de los derechos humanos, le hizo frente al cáncer de mama que padecía y que acabó matándola en agosto de 2007, se le ocurrió la historia sobre un niño que trata de encarar sus problemas con el amparo de un monstruo imponente, entre ellos, el cáncer de su madre. Le propuso su publicación a la editora Denise Johnstone-Burt, de Walker Books, pero falleció antes de poder plasmarla en una novela. De modo que el proyecto pasó a manos del estadounidense Patrick Ness, con la idea de que el británico Jim Kay ilustrara la obra, que se encuentra en las librerías desde mayo de 2011.
Ness y Kay fueron galardonados en 2012 con la Carnegie Medal, de The Library Association, y la Kate Greenaway Medal, del Chartered Institute of Library and Information Professionals (CILIP), por su labor en “el libro infantil/juvenil más destacado”, con lo que la novela es la única que ha procurado ambos reconocimientos, y se hizo acreedora de varios premios importantes más, como el Kitschies Red Tentacle, el Red House Children’s Book o el Children’s Book of the Year. No es de extrañar, entonces, que llamase la atención de la distribuidora Focus Features, la cual compró los derechos en marzo de 2014 para luego adaptarla al cine con la dirección de Bayona y libreto del propio Ness, que llevaba escrito desde 2013 y se encontró en la Black List de ese año.
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Bayona se puso en contacto por medio de las redes sociales con Headless, el estudio de animación barcelonés que acabó encargándose de las secuencias correspondientes. Con el propósito de documentarse sobre las viviendas inglesas para la producción, visitaron las de diversos vecinos de Mánchester y compraron muebles en los mercadillos de Londres; y construyeron los interiores de la casa del niño con una proporción mayor de lo normal para que el actor pareciese más pequeño a la vista. El rodaje del filme, que duró dieciséis semanas desde marzo de 2015, tuvo lugar entre España y Reino Unido; en Ramsbottom, la misma Mánchester, Huddersfield, Glossop, Blackpool, Preston, Rivington Pike, Bolton, Cambrils y unos estudios de Terrasa.
Cuando rodaban en los campos de Mánchester, les sorprendió un huracán cuyas imágenes utilizaron en la película
Cuando grababan en los campos de Mánchester, les sorprendió un huracán cuyas imágenes utilizaron en la película; y hay dibujos de Bayona escondidos entre los demás en la habitación del crío, pues el director también dibujaba compulsivamente a su edad. Lewis MacDougall fue el muchacho en cuestión, Conor O’Malley, habiendo sido seleccionado entre más de mil pretendientes, y antes sólo le habíamos visto como Nibs en Pan (Joe Wright, 2015); Felicity Jones, cuya carrera tenía una década entonces con títulos como The Theory of Everything (James Marsh, 2014) y, más tarde, Rogue One (Gareth Edwards, 2016), encaró a la madre enferma; y la archiconocida Sigourney Weaver, actriz de Alien (Ridley Scott, 1979), The Village (M. Night Shyamalan, 2004) o Avatar (James Cameron, 2009), se puso en la piel de la abuela.
Toby Kebbell interpretó al padre, y antes había trabajado en Alexander (Oliver Stone, 2004), RocknRolla (Guy Ritchie, 2008) o el mejor episodio de Black Mirror (Charlie Brooker, desde 2011) hasta la fecha: “The Entire Story of You” (1x03). Y en cuanto a Geraldine Chaplin, hija del celebérrimo cineasta y parte del elenco de Doctor Zhivago (David Lean, 1965), The Age of Innocence (Martin Scorsese, 1993) o En la ciudad sin límites (Antonio Hernández, 2002), es la directora del instituto en el que estudia Conor, papel de escasa relevancia de no ser porque se trata de la actriz fetiche de Bayona, pues ha aparecido en todas sus películas hasta el momento, El orfanato (2007), Lo imposible (2012) y, claro, Un monstruo viene a verme, que cierra una trilogía sobre las relaciones maternofiliales y el miedo a la muerte.
Y Liam Neeson, protagonista de Schindler’s List (Steven Spielberg, 1993) o Michael Collins (Neil Jordan, 1996), le puso su vozarrón al monstruo de once metros, pero fue Tom Holland, presente en Lo imposible y actual Spider-Man, quien procuró la captura de movimiento para el mismo. Por otro lado, la banda sonora fue compuesta por el también español Fernando Velázquez, en ella hay una canción titulada “Montage”, cuya intérprete no es otra que Felicity Jones, y el resto de las canciones son cosa de la banda inglesa de pop alternativo Keane.
J. A. Bayona: “Es una historia emocionante y única que habla de la necesidad de la fantasía para enfrentarnos al mundo real”
El filme obtuvo se presentó fuera de concurso en la 64ª edición del Festival de San Sebastián, en la que, casualmente, a Sigourney Weaver le dieron el Premio Donostia por su dilatada trayectoria cinematográfica. Más tarde, fue elegido Mejor Película para los lectores en los Fotogramas de Plata, y se hizo con siete premios Goya de los doce a los que estaba nominado, la mayoría técnicos, pero también el de Mejor Banda Sonora para Velázquez y el de Mejor Director para Bayona. Y según este último, Un monstruo viene a verme, que podremos ver desde el 26 de mayo en Movistar Estrenos de Movistar+, es su película más personal, “una historia emocionante y única que habla de la necesidad de la fantasía para enfrentarnos al mundo real”. ¿Y para qué sirven si no, en esencia, todas las historias que nos contamos?
