Muchos actos realizados por adolescentes y considerados arriesgados, se deben a la impulsividad, es decir, a no tener en cuenta las consecuencias que dichos actos pudiesen ocasionar.
Nuestras percepciones son generadas por el cerebro, es decir, nuestro mundo perceptivo se basa en el funcionamiento de mecanismos mentales evolucionados.
Las emociones nos pueden llevar a tomar medidas que alteren un estado de ánimo negativo o para reducir el estrés, en estos casos, una acción plausible es la búsqueda del confort.